SINCERIDAD
La sinceridad es tener valor por la verdad, es
decir querer ser siempre verdadero, único, sin hipocresías ni
apariencias, por lo tanto la
sinceridad va mucho más allá de decir la verdad.
Para poder considerarnos sinceros, hay que tratar de decir siempre la verdad, aunque esto parezca fácil, hay que reconocer
que nos cuesta mucho más
de lo que pensamos, en
muchas ocasiones nos
valemos de lo que se conoce como “mentiras piadosas” con el pretexto de ocultar cosas que se consideran insignificantes, pero que de todas maneras hace daño de una u otra manera a la persona que se le miente.
La persona que es sincera se caracteriza por tener una actitud congruente y honesta tanto en su manera de ser como en su manera
de pensar con el resto de
personas y consigo mismo.
Se dice que una persona que es sincera es digna de confianza, ya que se esfuerza por conseguir que el resto
confíen en el mediante sus buenos
actos y transparentes.
El ser sincero requiere de mucha responsabilidad ya que
siempre que se dice la verdad hay que hacerlo sin ser hostil, desagradable y tampoco hay que herir a los demás, hay que tratar de ser sinceros de una manera positiva buscando el momento y el lugar más oportuno para decir las cosas.
No podemos olvidarnos, que al igual que con todo valor somos espejos para nuestros hijos y ellos aprenden de nuestros
actos al momento de
relacionarnos con
los demás, más que de nuestras
palabras, y se comportarán de la misma manera.
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